“El Paral·lel es un contribuidor en la formación de nuestra identidad”, afirma el periodista Eduard Molner. Y es que en esta calle de más de un kilómetro de longitud nació desde finales del siglo XIX y hasta comienzo de la Guerra Civil lo que se conoce como la cultura de masas.

Tal como se explica en la exposición “El Paral·lel 1892 – 1939” del CCCB, las artes escénicas que se representaban son un reflejo de la sociedad del momento, como por ejemplo el vodevil, la revista, el teatro realista, el político, la zarzuela o el drama histórico. “En todos ellos hay una expresión genuina y singular del Paral·lel”, sigue Molner, que lo diferencia de otras arterias del espectáculo internacionales como podrían ser el Montmartre de París o el Broadway de Nueva York.

Lo que sucedió en la avenida durante los 40 años que le dedica la muestra fue un afloramiento no sólo de la cultura popular, sino también de una manifestación de las diferentes ideologías políticas y sindicales que usaban los teatros durante el día para llevar a cabo sus mítines. Espectáculo, política y también un cambio de mentalidad más abierto y tolerante con la manera de percibir el sexo. Este era el Paral·lel que Molner y el próximo director del TNC, Xavier Albertí, explican ahora también en formado libro bajo el título “Carrer i escena. El Paral·lel 1892-1939” coeditado por el Ayuntamiento de Barcelona y la Editorial Viena y que presentarán el próximo 30 de noviembre a las siete y media de la tarde en el Teatro Arteria Paral·lel.

Para aquellos que les haya gustado la exposición, ahora tienen la oportunidad de llevársela bajo el brazo y guardarla como un bien preciado que les recuerde que “nuestro Paral·lel tiene que tener una vida cultural que respete su pasado”, como reivindica Albertí.