La creencia en un "orden natural" y la adhesión al "sentido común" forman parte del modo habitual de pensar y da bases a la "mentalidad" que nos rige.á La adhesión al "sentido común" y la creencia en un "ordená natural" suele afirmar y legitimar la suposición del sentimiento deá unidad y deá coherencia del ser humano. Se postula en este libro que la introducción de la noción de inconsciente ha implicado la ruptura del sentimiento de unidad en la subjetividad desarraigándola de la suposición de naturalidad.

El inconsciente es un generador de anticuerpos ante las significaciones impuestas por la creencia en laá unidad aunque debe luchar para mantener su vigencia frente a un "sentido común" que intenta asimilarlo y naturalizarlo. En este libro se discute el papel que tiene en el pensar humano la adhesión al "sentido común" y la creencia en un "ordená natural". La pertenencia a la sociedad instituye en los sujetos que la integran un modo de ver al que se la da el sentido de "un sentido común".

El sentido común instituye una lógica que, a la par de aspirar a explicar todo,á no concibe un sujeto dividido; la adhesión al mismoá encuentra uno de sus apoyos en la nostalgia por lo absoluto que experimentamos a la hora de pensar, de sentir, de relacionarnos. Introducir la noción de inconsciente ha implicado el cuestionamiento del "sentido común", la ruptura del sentimiento de unidad de la subjetividad, el desarraigo de la suposición de naturalidad. La vigencia de lo inconsciente está, entonces, en conflicto permanente con el "sentido común" que intenta asimilarlo y naturalizarlo.