Los poemas de Roger Wolfe podr¡an definirse como antif bulas, comocontraf bulas: al final espera a los lectores una pura perplejidad,una antimoraleja en todo caso. El poeta no se detiene nunca: sunihilismo atroz se empe¤a en descarnar todos los prestigios, endesnudar todas las mentiras. Despu?s, emprende su autodemolici¢n.

La muerte es el £nico asunto que el autor se toma verdaderamente en serio. En la descripci¢n del espanto no se va por las ramas delrepertorio tradicional: el miedo a la muerte es como el miedo aldentista, la vida no es m s que un hojear revistas en la sala deespera.

La eficacia de los poemas de Wolfe reside en uncurioso sistema de recursos de estilo, aunque ser¡a m s exacto hablarde antisistema. El poeta vuelve la espalda a todo el arsenalconsagrado de la l¡rica, carga de dinamita los t¡tulos y concentra una bal¡stica contundente en los finales.

Su sarcasmo burl¢n ysu lenguaje directo sirven de veh¡culo a unos poemas cuyo n£cleo es la m s profunda indignaci¢n moral ante el mundo, un mundo que a pesar de todo, y de manera parad¢jica, tambi?n puede ?Guill?n dixit? estar®bien hecho¯ durante un instante.

Aurora Luque



Contin£a con este volumen la publicaci¢n de la poes¡a completade Roger Wolfe, una de las voces m s solitarias y a un tiemporepresentativas de la llamada generaci¢n de los 80. Su obra,tremendamente influyente en los poetas de las £ltimas d?cadas, tienela sutil precisi¢n de un bistur¡ y la sonora contundencia de un batede b?isbol. En todos sus poemas se reflejan, de alg£n modo, una ¡ntima lucha con los versos (consecuencia de su innegable voluntad deestilo), un encarnizado combate con el mundo, y una permanentecontienda consigo mismo, caracter¡sticos elementos que lo acercansiempre al lector, y lo hacen personal¡simo. Roger Wolfe ha publicadoya numerosos libros de poes¡a, pero en cada uno de sus t¡tulos, desdeel inicial ?y como no podr¡a ser de otra manera en un creador conmundo propio?, lo encontramos al completo. Abelardo ?Linares