Un caso lleno de pasiones, cr¡menes y vicios inconfesables.Vuelve Rocco Schiavone, el subjefe pol¡ticamente m sincorrecto

Mientras Rocco Schiavone sigue sin tener clarala identidad del asesino de Romano Favre, inspector jubilado delcasino de Saint-Vincent, un furg¢n blindado con tres millones de euros procedente de esa famosa casa de apuestas y con destino al bancoCarige de Aosta desaparece misteriosamente. Cuando el cuerpo de Enrico Manetti, uno de los guardias del veh¡culo, aparece aturdido ysemicongelado en un recodo de la carretera, Rocco empieza a sospecharque ambos casos pueden estar relacionados. Y como si las intrigas delcasino, el clima inh¢spito de Aosta y los problemas del joven Gabriele no bastaran, Enzo Baiocchi, el peor enemigo de Rocco, amenaza conrevelar secretos que podr¡an llevar al subjefe a prisi¢n.

Lacr¡tica ha dicho:

®Antonio Manzini ha dibujado un personaje extraordinario¯.

Andrea Camilleri

®El heredero deMontalbano se llama Rocco Schiavone¯.

LaRepubblica

®Antonio Manzini ha hecho del subjefe de polic¡aRocco Schiavone un personaje inolvidable, que crea adicci¢n¯.

Corriere della Sera

®Schiavone, con ese aire demujeriego un tanto maldito, siempre fuera de lugar, perpetuamentereh?n de su loden y sus Clarks inadecuados para los rigores delinvierno, logra salir airoso de una intrincada investigaci¢n, con undesenlace que dista mucho de ser obvio¯.

IlMessaggero