De la amplia literatura sobre la lucha contra la corrupci¢n, siemprese ha se¤alado que esta, a menudo, requiere de la actuaci¢n ?noacci¢n?, por activa o por pasiva, de los empleados y empleadasp£blicos, incluyendo el nivel directivo. La ?tica p£blica seconfigura, as¡, como uno de los pilares fundamentales de lasestructuras pol¡ticas, esencial para el bienestar econ¢mico, as¡ comopara la prosperidad de los individuos y de las sociedades en suconjunto. La dimensi¢n del concepto es extensa, porque una conducta ocomportamiento que no merezca la consideraci¢n de ?tico puede hacerreferencia a acciones que est n tipificadas por una norma legal comodelictivas o ®irregulares¯, o no constituir una conducta reprobabledesde la perspectiva jur¡dica, pero no ser deseable por ser objeto deun rechazo generalizado. El autor hace ®micromirada¯ del concepto, enel marco de una sociedad globalizada que requiere de un nuevoparadigma de gobernanza, m s a£n, si lo que se pretende es combatir un fen¢meno adyacente al citado por antag¢nico, de corrupci¢n, cuyoorigen puede remontar al principio de los tiempos cuando