El autor, con una voz personal, destaca esa batalla con la lengua para encontrar la belleza del verano y todos sus elementos. Un tono el del poeta, y un ritmo, que no son de escuela literaria, sino de oficio de aquel que decide buscar y buscarse a trav?s de la palabra. Su apuesta es valiente, la visi¢n del lenguaje recuerda que, lo que parec¡aagotado, puede aparecer de nuevo con una intensidad inusitada. No sesomete al dictado habitual que la escritura correcta, tambi?n enpoes¡a, se empe¤a en imponer hoy. Este libro responde a una mirada dealguien que piensa antes de escribir y que integra la escritura en supropia relaci¢n con el mundo.