La vida es el más fascinante de los misterios; por ello resulta incomprensible que haya quienes no crean en los permanentes enigmas que vivimos, a pesar de que, cada día, se nos ofrecen más medios para confirmarlos. Bien es verdad que, porque existe la evidencia de casos incomprensibles, este es un campo propicio al investigador de lo insólito, pero también abonado para que los mentirosos audaces logren confundir con sus falsos «sucedidos».

Es el motivo por el que el autor de Una virgen negra de cara blanca y otros ensayos esotéricos, quiere ahora narrar una serie de sucesos que, avalados por especialistas de todo el mundo, ocurrieron verdaderamente. Porque es, sin duda, la más apasionante fórmula de confirmar que todos vivimos rodeados de misterios que la razón humana no alcanza a comprender, o –por los motivos que sean– no conocemos, al menos en toda esa magnitud que llamamos «lo esotérico».