La sociedad se transforma, y vemos cómo proliferan las actividades educativas y/o recreativas fuera del horario escolar, tanto en las instalaciones de los propios colegios como en otras públicas o privadas. Los centros educativos, en su obligatoriedad de acercarse al entorno que les rodea para facilitar el aprendizaje y la adaptación de los alumnos, cubren en gran medida el horario extraescolar, de forma preferente por las tardes, pero también cumplen una función integradora de la sociedad en la escuela y viceversa, y lo hacen colaborando con las asociaciones de vecinos, asociaciones juveniles deportivas o de animación sociocultural, y otras entidades públicas y privadas en acrividades como exposiciones permanentes y temporales, celebración de seminarios, conferencias, cursos, etc.