Calificada por Theodor Mommsen como 'una pequeña Cleopatra', la figura de Berenice, hija del rey judío Agripa I, y ella a su vez reina de varias monarquías orientales, se perfila como uno de los personajes históricos femeninos más interesantes del siglo I d.C. Berenice, que lleva en sus venas la curiosa mezcla de sangre árabe idumea y la más rancia estirpe judía de los asmoneos y los herodianos, es verdaderamente la última reina helenística.