La leyenda dice que los moros estuvieron del lado de Franco en la guerra civil española y que fueron causantes de todo tipo de atrocidades: saqueos, violaciones, asesinos.. Este libro recoge múltiples testimonios de esos hechos pero demuestra, por ejemplo, que fueron inocentes de crímenes que se les han adjudicado, como la matanza en la plaza de toros de Badajoz, debida a la acción de la Guardia Civil. Además aporta pruebas de cómo unos mil moros participaron en las Brigadas Intrnacionales y en otras unidades combatiendo en defensa de la II República.

Francisco Sánchez Ruano ha realizado más de sesenta entrevistas a ex combatientes, historiadores, políticos y periodistas para mostrarnos el verdadero papel del islamáen la guerra. El autor explica por qué los nacionalistas marroquís desautorizaron la participación de islámicos en el conflicto español para luego apoyar a los franquistas, que concedieron la legalización de los partidos políticos, la libertad de prensa en el Protectorado y que llegaron, incluso, a pagar viajes de musulmanes marroquíes a La Meca.

En Islam y guerra civil española encontramos testiimonios desconocidos hasta hoy: el del último combatiente vivo del desembarco de Alhucemas en 1925; el de un moro tangerino que luchó en las Brigadas Internacionales, o la declaración del único superviviente republicano de la batalla naval de estrecho, el 29 de septiembre del 1936, quien informó a Prieto del hundimiento del Ferrándiz.

El historiador Sánchez Ruano ha investigado en archivos de londres, París, nantes, Aixen-Provence o Tetuán; y ha encontrado pruebas inéditas acerca del general Beigbeder, el hombre fuerte de Franco en marruecos, que ofreció el marruecos español a Inglaterra; del asesinato de uno de los responsables de la 5ª Columna, quien fué víctima de unos moros que le quisieron robar; o el testimonio de Mohamend el Osruti, que salvó la vida Mizzian, capitán general con Franco y luego mariscal de los ejército de Hassan II.

Con esta obra se arroja luz sobre la participación de los moros en distintas batallas, como la del Ebro o el asedio a Madrid, y se obtiene una visión equilibrada y objetiva de su presencia en ambos bandos de nuestra guerra.