"Estas notas se gestaron durante una breve estancia en un predio del lugar llamado Binissaida, en la isla de Menorca. Son fruto de un ejercicio obsesivo de búsqueda de la atención extrema en un entorno muy especial, tanto en lo humano como en lo paisajístico. Nunca cuatro días me habían aportado tanto desde el punto de vista de persuasión ante la escritura y lo literario. Hubo un maestro (le llamaremos aquí D.), extraordinario malgré lui en este papel, y unos desconocidos que son ya amigos. Y existió una conjunción, casi simbiosis, de soledad y acompañamiento, que resultó un caldo de cultivo definitivo para extremar la atención, la percepción y el sen-timiento. Nada más que el intento de aunar estos tres elementos son estas anotaciones.  Seguramente esta afirmación es más una perogrullada que el descubrimiento de la piedra filosofal, pero, modestamente, creo que la escritura es poco más que esto. Atención, percepción, sentimiento y, también, sencillez".