Poesía y filosofía vertebran una obra que aspira a franquear las fronteras tradicionales entre géneros literarios para vislumbrar un horizonte, el de la universalidad, tan subyugante como recóndito.

Inspirada en la figura de Athanasius Kircher (1602-1680), uno de los últimos hombres que pudo abarcar todas las ramas del conocimiento, el libro constituye una síntesis de estética y pensamiento, una exploración de los límites del lenguaje y de la abstracción que cristaliza en una búsqueda apasionada de la belleza, el amor y la sabiduría como las metas más elevadas de la conciencia.