La filosofía tiene parte de indagación y parte de medicina: en cuanto indagación, se plantea aquellas preguntas máximamente generales que las ciencias especializadas rechazan por ingenuas, intentando alcanzar una visión de conjunto laica y racional de lo que somos, lo que hacemos y lo que nos rodea; en cuanto medicina, lucha con armas críticas contras las supersticiones y dogmas que abruman al individuo libre en todas las épocas, desde luego también en la nuestra.