Dejándose los ojos en los amarillentos legajjos del Archivo del de Palacio, el investigador Amezúa y Mayo fue descubirto una faceta inédita en la vida de un rey que solía vestir de negro: su pasión por los jardines y por la flore que los pueblan. Su aborrecimiento de las ciudades le llevan a buscar lugares donde pueda refugiarse: la Casa de Campo y el Palacio de El Pardo, para los meses de invierno; Aranjuez y Aseca, en los primaverales; y Valsaín como resguardo de los calores del estío. Y cuando levanta la mole ciclópea deáEl Escorial, en una dehesa cercana, La Fesneda, construirá también una caso o palacio a dónde ir a solazarse.
Lesen Sie mehr